martes, 27 de diciembre de 2011

Carta a SS.MM. los Reyes Magos

Queridos Reyes Magos:

Este año he sido … bueno he intentado mantenerme, por lo menos sereno.

Como sabeis, ya hace un año que me jubilaron tras 25 años de trabajo, casi todo altruista, con mis queridos pacientes oncológicos con dolor en su fase terminal  y coordinando investigaciones o ensayos clínicos, y en mi consulta atendiendo a mis pacientes con psicopatología desde 1989.

Los accidentes cerebrovasculares me han retirado de la profesión, los medicamentos me mantienen de pie, a pesar de sus efectos secundarios.

Un divorcio se ha cruzado en el camino.

Y os digo que Papá Nöel os va por delante, porque los niños así reciben sus deseos para poder disfrutar de ellos en el período de vacaciones, Vosotros llegais casi al final, pero siempre estais.

Este año, escribo la carta, y no la dejo en mi memoria, para que la amnesia no vuelva hacer su traidora costumbre de hacerme olvidar qué he hecho o dicho.

Se que no puedo dejar de sentir u olvidar que sois, para mi, la esencia de la Navidad, el valor íntimo de la Ilusión, y en ello creo y creeré siempre.

No os pidos nada para mi, habeis, de alguna manera, estado presentes durante todo el año dándome esperanza para que mi salud no se deteriore más rápido de lo habitual, de que me ajuste cada vez más a mi pensión, pensión que la de otros será menor o incluso ni siquiera tendrán, y de pelear cada día, sin resignarme a ello, de los deficits físicos e intelectuales que pueda tener y que han condicionado toda mi vida de cada día. Y para que lo sepais, sigo adelante.

Ahora y como digo desde un tiempo a esta parte, me conformo con mi frase de “hoy he vuelto a ver amanecer”, es una frase que ha surgido del cambio de la jerarquía de las preferencias de la mi vida,  disfrutar de ese sonido de las peleillas de los gorriones en las primeras horas de la mañana, ver las gaviotas surcar a su manera de la mar a tierra o de tierra a la mar, al alba luces de colores de tonos inexplicables por Oriente o Levante, una línea de mar que separa la línea del cielo, ¿o es la línea del cielo la que separa la línea de la mar?, pescadores que salen a la mar antes del alba, y que volverán, por lo menos volverán, con más o menos pesca ¡ pero que vuelvan ! , un rugir del viento, olas que rompen y el impresionante sonido del mar cuando azota el rompeolas; calles solitarias en la mañana o quienes a saben que su marinero está mar adentro y queda en el malecón mirando al fondo como buscando dentro de sí una frase de esperanza para que todo y a todos les vaya bien la jornada en la mar. Así que me conformo con poco. Veo y empiezo a sentir lo que los demás sienten aquí.

Estos días pasados de Nochebuena y Navidad, he estado en este lugar “nacida de la mar” o “Ex Mari Orta” que se llama Garrucha, vosotros sí sabeis donde está, donde ahora vivo; no ha estado nadie conmigo físicamente pero mi corazón estaba repleto de mis gentes, mi cena de la Nochebuena fue un bocadillo, y doy gracias por haberlo tenido.

Ahora llega Nochevieja y Año Nuevo, que vendrá mi hija a estar conmigo aunque sólo sea unos días, sus estudios de Grado de Biología son su trabajo, y ella cumple lo que dice, y Dios quiera que siga así.

No pido nada para mi, únicamente pido para que mi hija siga, ese sino suyo, hacia el mundo de la Ciencia, del saber y, como me consta, de la ayuda a los demás con sus conocimientos e investigación; tengo la Ilusión de que vosotros le deis y seais vigilantes de ella, para que cumpla su deseo y haga realidad una ilusión fantástica que tiene dentro de ella; su juventud a veces la traiciona con deseos basados en su falta de experiencia, espero que un día sepa decidir para el bien de los demás y para ella, dando todo lo que tiene dentro tanto en sus conocimientos como en su ser. Si podeis, ayudadla a que tome la decisión acertada para que el día de mañana esté satisfecha con lo en su momento tuvo que hacer para los demás y para ella.

Mi deseo, mi gran Ilusión es que todos los demás podamos seguir el camino con respeto a nosotros mismos y hacia los demás, que impere cada día la ausencia de soledad y vivamos acorde a la serenidad, serenidad porque sin darnos cuenta a nuestro lado y en cualquier lugar del mundo, puede haber otro ser humano que sufre y hemos de estar con él a toda costa, no hace falta mucho, a veces un silencio llena el mundo de parabienes.

No llegueis tarde, haced que la Ilusión permanezca en las gentes del mundo, es lo que sois en si mismos.

Os espero en esa noche de Ilusión.

En algún, un día cualquiera de un año y sin fecha.

Y yo, que soy uno más de los que estamos y somos.