sábado, 25 de febrero de 2012

Oda de una hija a su padre



  


Las olas, viajeras como su madre la mar,
son bellas siempre, vengan guiadas por los mas diversos vientos,
ellas siempre saben arrastrar, de tu alma, cada uno de los pesares que te queman por dentro, 
con tan sólo sus caricias en tu mirada.
¿Cómo no iban a ser bellas?, 
si a su paso regalan su sutil melodía
que te embriaga como un canto de sirena.
Da igual su nacionalidad, vengan del viento que vengan,
ellas saben que las miras, ellas saben sanar tus heridas.

© 2011 Felicitas Ramirez De Acuña