Las olas, viajeras
como su madre la mar,
son bellas siempre, vengan
guiadas por los mas diversos vientos,
ellas siempre saben
arrastrar, de tu alma, cada uno de los pesares que te queman por dentro,
con tan sólo sus caricias en tu mirada.
con tan sólo sus caricias en tu mirada.
¿Cómo no iban a ser
bellas?,
si a su paso regalan su sutil melodía
si a su paso regalan su sutil melodía
que te embriaga como
un canto de sirena.
Da igual su
nacionalidad, vengan del viento que vengan,
ellas saben que las
miras, ellas saben sanar tus heridas.
© 2011 Felicitas Ramirez De Acuña
quién será esa tal Felícitas Ramírez =P
ResponderEliminarYa era hora que te decidieras a colgar otro articulo y si es sobre tu hija, mejor. Queda precioso y te hace bien. Tienes madera. Quédate con un abrazo de tu amigo Alfredo. Quizá te visite de miércoles para Jueves porque estoy convaleciente de otro achuchón estomacal que me dió días pasados y ya estoy medio bién. No obstante te avisaré del día que sea.
ResponderEliminarEfectivamente me equivoqué y entendí que era tuya la oda. Bueno, rectifico pero me sigue pareciendo una muy buena composición que va dirigida hacia un padre digno de tal hija. Un fuerte abrazo, Alfredo.
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